Corriendo y llorando

Lamentablemente no tengo mucho de bueno que escribir acerca de mi padre. Fue Teniente Coronel al servicio del gobierno Castrista. Siempre me hacía muchas historias de como fue su niñez allá en Banes, Holguin. De como fue que se unió clandestinamente al servicio de Fidel en las lomas, de como su papá no lo alimentaba y se pasaba la vida tomando y su mama trabajando, luego llegaba su papá y sustraía las ganancias a escondidas para seguir tomando. Cuenta que al morir su padre visitó la tumba por compromiso, que pasó mucha hambre por su culpa. Se que también quedo en él un vacío de algo que no conoció y cuya herida se hizo mas profunda que el hambre misma.

Me cuenta que en esos tiempos donde los árboles fueron su casa, el jefe de la columna para la que se alzó hizo arrestar a un joven y ordenó su fusilamiento porque sospechaban que era "chivato". Luego condujeron al joven a un lugar aislado donde solo la maleza podría ser testigo de las balas. Mientras avanzaban e intercambiaban gestos entre los que iban a ser sus matadores, el joven mantenía la mirada ausente de quien acepta sin musitar lo inevitable.

Después de varias horas de camino se encontraban en el lugar seleccionado para la ejecución. Sudor, calor y profundo silencio reinaban dejando solo escuchar el zumbido de algún mosquito y asomar algún que otro rayo de sol entre los árboles. Las miradas se hicieron infinitas por varios segundos, era el final. Inesperadamente sintió que sus manos eran desatadas y un ensordecedor rugido - Corre!!! rompió la manigua en dos y cual relámpago sus pies se perdieron vertiginosamente entre la maleza. Cuenta mi papá que iba -Corriendo y llorando- su llanto -dijo- le supo al de un niño, como cuando acaba de salir del vientre.