Cuando niño también yo sufrí el lavado de cerebro. No se en que punto comenze a comprender la magnitud del engaño. Solo recuerdo que no cesaba de comparar las noticias con la realidad de mi mesa. El rechazo a la televisión fue tal que no podía concentrarme cuando escuchaba el noticiero o la mesa redonda. Yo ni con pistola en la cabeza ponía eso, pero que podemos esperar de la generación que nos antecede, muchos terminaron fanatizados con la desgracia de Gobierno que nos toco y todavía hay muchos que reniegan de abrir los ojos. Pienso que prefieren vivir los años que les quedan resignándose a creer que durante toda su vida no arriesgaron el pellejo ni apoyaron una ideología política que no valía la pena, un embuste de un dictador al final o un embrujo experto propagado a través de todos los ancestrales y destartalados recursos de difusión masiva.
Recuerdo que cuando estaba en un nuevo proyecto de arte y miraba el lienzo limpio me sentía electrificado de emoción, esa sensación del placer de experimentar plasmar nuevas formas que revoloteaban en mi mente, ver nacer los colores a mi antojo. Bruscamente ese proceso era interrumpido con solo prender el televisor y escuchar las noticias. Confieso que no pude evitar quedar un poco traumado. Aun hoy me pregunto como me fue posible crear en un medio que de una manera sutil llega a ser tan manipulador, mas aun cuando se mira de frente a la realidad asfixiante de la tiranía castrista .
Me resulta difícil vencer la tristeza al recordar a mis amigos y hermanos de fe cuando se les antojaba ir a mi casa, así, a lo cubano, sin avisar. Para mi aquello no era interrupción, no me importaba en medio de cuanto proyecto estaba, podía continuar y hablar y disfrutar el momento y me producía alegría aquello. Así era como lograba pintar mas placenteramente. Contrario a otros amigos que cuando estaban en medio del proceso de creación les desconcentraba ser interrumpidos.
Actualmente extraño mucho aquellos toques de puerta a deshora, lo que si no he podido hacer cuando pinto es prender el televisor.
Tuesday, April 28, 2009
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Norberto por estos lares la amistad tiene horas, teléfonos y fechas muy específicas, es como si los afectos llegaran a cuenta gotas, yo también extraño y eso que no era multitudinaria...
ReplyDeletecuanto daria a veces porque me tumbaran la puerta
ReplyDeleteEs domingo, Tún Tún
ReplyDeletequien es????
ReplyDeleteThanks