Anita anda en estos días en exámenes, como vive en Suiza su idioma para examinar es el Alemán. Por estos días le tocaba Química, Física y Matemáticas. Imagínese usted examinar esas asignaturas en Alemán. Aquel que entienda una prueba de Química en Alemán para mi es digno del premio Nobel en ciencias. Pero en sus propias palabras mas complica'o que eso es viajar a Cuba y pasarse un mes con la familia.
Recién por estos días hablamos y me cuenta detalles de su viaje. Esperaba tener el bolsillo amplio como los extranjeros pero no la ausencia de sal para sazonar unos frijoles, los cuales tampoco pudieron hallar con facilidad porque no habían ni en la calle ni en la "chopi". Me cuenta que tuvo que verse en la penosa situación de recurrir a un vecino para que le regalara. La prima tiene una salud de hierro, sobrevivió al infarto ese día.
La prima describe el momento agridulce de por un lado recibir la alegría de abrazar a nuestra familia, la nostalgia exorcizada de tanto tiempo separados y por el otro el calor abrazador en la terrible ausencia del aire acondicionado y el inmenso contraste de los servicios recibidos después de ser tratados como yumas en el país en el que solo somos inmigrantes.
La primera pesadilla comienza al aterrizar, con el robo descarado del servicio aduanero. La mafia aeroportuaria que opera unida e indivisible por la pacotilla que llega. Siempre (dicen) se recomienda traer unos dolaritos extras para ganar el "favor" de poder pasar todo lo que sacrificadamente compramos para ayudar a nuestros familiares sin mayores percances. Después el temor de si el gobierno ha emitido una orden de no dejarte entrar a tu propio país por razones misteriosas, y sin mayor explicación ser expulsado de territorio nacional, lo cual sucede el mismo día con maletas y todo como si fueras terrorista y sin el mas mínimo gesto de permitir ver a la familia que espera la llegada del que se vuelve a ir. Los cuales se enteran de lo sucedido cuando uno se baja del avión en el mismo lugar donde se monto con la esperanza de verlos.
Después viene la pelea con los apagones, la bronca por la falta de todo y el berrinche porque no estamos acostumbrao's. Cada vez que voy a hacer uso de mi baño me hago tantas preguntas, pienso en el tiburón decrepito de los mares. Ese mismo que transformo mi bella Isla en un lugar de penumbras y ausencia de algas... en esos momentos te aseguro que prefiero hacer la prueba de Química en Alemán!
Sunday, September 5, 2010
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Muy buena historia esta Norbe, saludos.
ReplyDeleteHay que tener paciencia CHACUMBELE retorno del mas allá y vio una guerra nuclear que destruía al mundo, pero no fue capaz de ver que en su país no hay ni sal.
Así es, triste y desgraciado. Buena historia. Y muy simpático y real el comentario anterior.
ReplyDeleteUn abrazo después de tanto tiempo.
Gracias Guille, Jaad por leer y comentar. Un honor tenerlos por aca. Del caraj ir pa la tierra y que despues de tanto tiempo tenga uno que comerse un potaje sin sal y como dice Guille, profetizando guerras nucleares.
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