Iglesias con mentalidad Empresarial.

Es tanto el énfasis en el dinero que el cielo de los creyentes se parecería mas a una bóveda bancaria que a una posible quinta dimensión. El Dios de la Biblia, mas que pretender solucionar el conflicto del pecado parece un benefactor corporativo, socio de negocio y agente personal. Siembran y riegan con palabras la raíz de todos los males en el corazón de los pasivos oyentes que al final de sus días terminaran sordos e incautos.

Es necesario entrenar nuestras orejas para que reboten las palabras y no entre la vanidad que se predica. Es mas la propaganda para atraer muchedumbre a la Iglesia con fines dudosos que la exhortación a las almas a que se arrepientan y vengan a Jesús. Como si en lugar de Dios se erigieran Organizaciones, Ministerios e Iglesias, como si detrás de ellas no hubieran en muchos casos herméticas religiones, imperfectos individuos procurando una vida santa. Como si en lugar de ser instrumentos de Dios, vehículos de su poder, fuéramos Dios mismo manifestado en toda su gloria. Como si vivir entre millones fuera mas glorioso que morir como murieron los mártires de ayer y de hoy y como si esos millones fueran las arras del reino en lugar de su Espíritu Santo.

Cuando viviremos las palabras de Juan el Bautista cuando dijo: Es necesario que yo mengue para que El crezca (Juan 3:28-30) Hasta cuando haremos propaganda al hombre? Cuando comenzaremos a evangelizar para Dios en lugar de evangelizar para que las almas se conviertan en adoradores de hombres, ministerios e Iglesias. Cuando en lugar de exaltar a los hombres comenzaremos a exaltar a Dios, y en lugar de dar credibilidad a cada palabra de sus bocas, creeremos por encima de ellas a la palabra de Dios.