Artemisa

Artemisa ahora es provincia. Rompieron la calle céspedes desde una punta a la otra. Los bicitaxeros se quejan porque no pueden subir ni bajar por la calle Maceo, también conocida como La Central. Tienen la opción de subir por calles aledañas pero más inclinadas y con más baches. Ahora también le exigen más permisos y hasta una licencia especial. Estos guerrilleros de a pedal limpio tienen anécdotas sorprendentes. Desde un anciano de 70 que recorre más de 20 kilómetros con su esposa detrás y un viejo refrigerador hasta un endeble hombrecillo que pedalea loma arriba de un extremo de Artemisa al otro con 2 hombres de casi el doble de su peso sentados cómodamente en su improvisado bicitaxi.

Por estos días he saludado a muchos amigos bajo el sol, entre sonrisas y abrazos me miran de arriba abajo, me preguntan por el color del cielo allá, donde no hay barrotes y se paga dignamente y no dejo de notar que su mirada es un desierto y el paisaje no ofrece oasis pero viven con la esperanza clavada, arrastrando sus cuerpos gastados un centímetro más… un milímetro mas.

En cada barrio como siempre hay un hueco o bache legendario como cita el conocido monologo. Solo que en este caso los baches son más profundos, las heridas por la persistencia del dolor han cauterizado y el silencio de todo un pueblo ha pasado a ser desgaste y otro poco más de polvo en una calle sin terminar.