De todos los erosivos existentes, no hay ninguno mas mortal que aquel que provoca que un individuo sea corroído bajo el peso de la envidia. Es un fuego lento que comienza justo donde solo puede ser apagado por la llegada de la desdicha a aquellos que han tenido la gracia de una excelencia superior. La envidia es una plaga que enferma el pensamiento de los débiles. Traiciona a los que una vez fueron amigos por la corona de su mediocre intención. Es el estandarte de los que han nacido perdedores y morirán desheredados frente a la muchedumbre. La envidia es una espada que aguarda en todo camino cuando se mira al ajeno y no pierde oportunidad en medio de la excelencia para advertirnos que también nosotros podemos ser sus victimas.
Tuesday, May 18, 2010
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