Aquellos héroes de ojos rasgados, recuerdo que volaban y usaban sus espadas con habilidad totalmente fuera de lo común. El camuflaje negro para poder ser indetectable en la oscuridad y tenían letales armas como las estrellitas de cuatro puntas. No importa de que ángulo se lanzaran, siempre todos sus movimientos daban en el blanco. También pretendí ser ninja cuando niño, incluso me hice mis propias estrellitas y mi espada de madera. Correteaba encapuchado durante el día ...siempre durante el día. Era de esos héroes que se esconden para que no los sorprenda el peligro. Cada hombre tiene sus propias batallas pero muchos en ocasiones deciden ignorar la lección. La única salida de muchas batallas es correr el riesgo de perderlo todo al pelearlas. O terminaremos tocando trompeta.
Sunday, November 22, 2009
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Buena parábola para estos días.
ReplyDeletesaludos, Norberto