-LA MIERDA DEL ARTE CONTEMPORÁNEO
Y hoy se ha confirmado más de lo que ya estaba, por si quedaba alguno distraído por ahí. Personalmente, lo vengo diciendo hace tiempo y ahora, con la aparición de una nueva obra de arte de un chino súper imaginativo no tengo por más que reafirmarme: resulta que para criticar la cosa militar, se le ha ocurrido crear un enorme montón de heces formado con soldaditos y tanques. Toma ya, con el mensaje profundo.
El arte contemporáneo es una mierda. Lo digo y me quedo tan ancho. Y además de una mierda, una enorme coartada para que un grupúsculo de idiotas y mediocres que sobreviven a base del dinero ajeno, vía subvenciones y regalos gubernamentales, osen tratar a los demás con el desprecio del que se cree superior ante una persona que no entiende (porque no se puede entender) nada de lo que tiene delante.
Otro gallo cantaría si dos cosas sucediesen: una, que, como cualquier otro trabajador honrado, estas personas viviesen únicamente de lo que otros les quieren comprar; y dos, y sobre todo, que los espectadores de tan abominable espectáculo denunciasen con vigor la farsa, en lugar de esconder la cabeza en el saco de los complejos y hacer, consecuentemente, el mayor de los ridículos cuando, en cada exposición, se ponen a mirar, fruncido el entrecejo y bien agarrada la barbilla, eso que dicen que es una obra de arte y que ellos deben efectivamente tomar por tal, por más que sus más bajos instintos protesten al grito de: pero si no es más que un montón de heces embotelladas, o una montaña de fetos disecados o una tela manchada que no se sabe muy bien si está o no bien colocada. Así lo hicieron, aún sin ser conscientes de su heroicidad, la limpiadora de no sé que museo que se puso a recoger los papeles tirados por la sala y que luego resultaron ser una obra estupendísima que quería reflejar la fugacidad de los deshechos de la vida cotidiana, o el hombre que, con el par que a tantos les falta, se puso a leer el Marca en una silla vieja, sola y de madera que resulta era una maravillosa creación de nombre “reposo de trances nº 13”. Benditos sean, estos dos héroes de la actualidad.
Sobre este tema, escribe José Javier Esparza en un ensayo titulado “Los ocho pecados capitales del arte moderno”, que para él son, a saber: la búsqueda obsesiva y a cualquier precio de la novedad; la desaparición de significados inteligibles; el hecho de que hoy día cualquier soporte es válido para hacer arte: una caja de cigarros, un macarrón…; la consagración de lo efímero; la vocación nihilista de la cultura contemporánea; la sintonía con un poder concebido como subversión; la naufragio de la subjetividad del artista, como excusa para presentar cualquier estupidez; y la obliteración absoluta de la pregunta por la belleza, considerada ésta algo retrógrado, e incluso perverso.
A uno, que debe ser que de moderno no tiene nada, resulta que lo de la belleza como que le parece hasta importante. Por eso me gusta Vermeer, y me gusta Velázquez, y Antonio López, y Chema Madoz, y me gusta Dalí quien, por cierto, llegó mucho más lejos que cualquiera de estos pintamonas de ahora habiendo demostrado antes, claro, que sabía pintar cosas como la que decoran el post de hoy.
Desde Lagilda Films queremos hacer nuestra aportación con respecto a este tema, estamos en lucha de llamar Arte a la mierda y que encima se lucre con él. http://www.contemporaneolapelicula.com "Contemporáneo" es un retrato de la realidad de las artes plásticas y del arte en general de nuestro tiempo, fundamentada en una vacuidad que se refleja en la deformación de la belleza y la estética, condenándolas a su extinción. Carles Seipat es un artista contemporáneo de éxito y prestigio internacional, alabado por los críticos y venerado por los seguidores de las corrientes artísticas de vanguardia. Seipat es el arquetipo del artista banal, mediocre y vulgar que ha proliferado en el último medio siglo, donde la supuesta genialidad es elegida por estimaciones arbitrarias, despotismo académico e intereses particulares, económicos y políticos. Esta es una visión personal e intimista del abandono y la alienación a la que se han visto reducidas las bellas artes. "Producir cualquier sonido no es hacer música... moverse de cualquier forma no es bailar... trazar cualquier línea no es pintar."
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