Friday, December 3, 2010

La escalera y el pupitre

La vida a su paso va dejando a varios rendidos, a otros impulsa en indetenible carrera. Recientemente conocí a alguien que ha compartido conmigo una de esas anécdotas inolvidables cargadas de enseñanza. Como se bien que me falta mucho por aprender en mi larga travesía soy todo oídos a lo que cada persona decide compartir.

A principio de los años 80 (cuenta mi amigo) comencé de vendedor para una compañía de piezas de computadoras. Siendo de edad de 23 años tenia el récord de ser el mayor vendedor ganando un promedio de $150 000 a $200 000 al año. Como era soltero y joven para mi el dinero que ganaba era mas que suficiente. Un día mi jefe me llama a la oficina y me informa que de los ocho grandes clientes en mi lista necesitaba tomar cuatro para entregárselos a un nuevo vendedor en la compañía. El nuevo vendedor era una joven sumamente atractiva que sin dudas había cautivado a mi jefe y su próximo paso en la estrategia de acercarsele consistía en apropiarse de lo que con mi sacrificio había conseguido. Mi respuesta no se tardo - Por que no consigue clientes por su propia cuenta como yo los conseguí?. Obviamente mi posición de vendedor imposibilitaba evitar de alguna manera lo que ya era su decisión.

Decepcionado y lleno de ira marche a mi casa sin ánimos para trabajar ese día. Me refugie en mi cama y televisor sin poder pensar en otra cosa que la injusticia que mi jefe había cometido conmigo. Mientras oraba pidiendo a Dios por su justicia vino a mi mente el texto bíblico que dice- Humillaos bajo la poderosa mano de Dios y el os exaltara cuando fuere tiempo (1 Ped. 5:6). Al leer este pasaje mi mente se ilumino.

Al otro día comenzaba el nuevo plan de trabajo. Inmediatamente llame a mi sastre y le encargue dos nuevos trajes de la mas fina tela para esa semana. Las ganancias que reportaba mi trabajo por ese tiempo alcanzaban para mantenerme fuera de las tiendas regulares en busca de mi ropa. Cuando entre nuevamente por las puertas de la oficina el jefe se acerco y palpo mi traje sorprendido -Nueva ropa? replique de inmediato -No me toques! con tu permiso, necesito resolver un asunto importante. Y me retire en busca de periódicos, revistas para encontrar nuevas compañías en busca de vendedores para sus productos. Llegue al primer sitio, el individuo tenia el pelo largo, jeans y una camiseta. Me presente y le dije que con mi experiencia llevaría su compañía a niveles superiores. Fui el único vendedor que se presento por esos días y prácticamente aquel joven seguía todas mis instrucciones, le dije que necesitaría traje y un nuevo corte de cabello. Su compañía se llamaba por ese entonces "PC's Limited".

Comencé a venderle de inmediato y lleve su compañía en menos de un año a ganancias prometedoras. Presente a aquel joven a la compañía AMD la cual se incorporo a su modelo de venta a través de un contrato. Ya mis ganancias para aquel entonces estaban muy por encima de todo lo perdido. Poco después de un tiempo mis clientes sobrepasaban mis expectativas y decidí salir de "PCs Limited" a pesar de las rogativas frecuentes del joven ejecutivo y confieso que fue en su mejor momento.

Con el transcurrir de los años decidí dejar el negocio de las ventas y un buen día arribando a Houston entre la multitud del aeropuerto pude escuchar que alguien me llamaba, cuando voltee a ver detrás de aquel rostro maduro se encontraba aquel joven de "PC's Limited", me saludo amigablemente y después de una breve charla me volvió a ofrecer trabajo, agradecí y gentilmente le dije que ya no me dedicaba a las ventas. Su porte y figura me sorprendieron, aquel joven, Michael Dell, continua exitosamente inundando el mercado con sus computadoras.

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