Aquí les adjunto el email dirigido a mis amigos antes de salir de Cuba. Como me resulto tan pintoresco quise publicarlo.
Si Dios quiere, en solo unos días estaré subiendo a mi primer artefacto de transporte aéreo en tierra cubana y sin la incomodidad de estar apretado, de pie, con calor y rodeado de malos olores. Obviamente no se trata de una 298, m5 o 222, sino de eso mismo que imaginas (que mas podría ser) nada mas y nada menos que un avión. Saldré de Cuba a las 10 de la mañana en vuelo directo hacia Miami. Irónicamente, en mi regreso a casa después de comprar el boleto de avión tuve que subir a una 222 donde no cabía uno mas, seguido de las mágicas palabras del conductor - Pónganseme de lao y los del pasillo sigan patrás que atrás esta vacío!!!, y luego sin saber como, se montaba la cola completa, y así sucesivamente en cada parada.
Ahí estábamos, haciendo honor a las ideas de Marx, -todos los trabajadores un solo pueblo unido, codo con codo, pecho con pecho, (...........) con (.............) CANDELA!. No faltaron los frenazos que nos hacían tambalearnos de lado a lado como las bailarinas de tropicana, el sudor de todos encima de ti y el tuyo encima de todos. No pensé en la ilustración de las clásicas sardinas en lata, sino en un grupo de tortillas absurdamente envasadas. Se podía apreciar de todo, desde una viejita que se abría paso silenciosamente con una jabita donde claramente se notaban unos bistecitos de carne de puerco, hasta otro que se abría paso pidiendo permiso, rompiendo montes y ciudades y mirando fijamente la puerta como la meta ciega de su carrera de obstáculos.
Casi me he vuelto poeta en la espera. Pero lo que siempre pensé al final de cada batalla es que extrañare de mi tierra hasta ese retazo de amargo sabor, porque como dice el refrán que hace poco cito un amigo, vuestro vino es amargo ...... pero siempre será el vuestro.
Saturday, February 21, 2009
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